Es preciso redefinir el propósito fundamental de la organización, así como lo que se quiere lograr en el futuro (metas para el porvenir).
Una buena declaración de misión y visión contribuye a dar sentido y motive al quehacer cotidiano, pues determina y recuerda con claridad los fines, objetivos y funciones, para cuya realización y logro los miembros de la organización trabajan y han decidido pertenecer a ella.
EI olvido o la falta de claridad de los propósitos fundamentales hace que se tenga una “organización desenfocada", desordenada, reactiva o a la deriva.
La misión y la visión son el primer paso para construir una "organización enfocada”, donde se distinga cuáles son los grandes objetivos y su rumbo, pero además se sepa diferenciar entre lo que es esencial y vital y lo que es accidental, secundario o prescindible.